400.000 hombres escogidos; Jeroboam se ordenó en batalla contra él
con
800.000 guerreros escogidos y valerosos.
4 Abías se levantó en el monte Semaráyim, que está en la montaña de
Efraím, y dijo: «¡Oídme, Jeroboam y todo Israel!
5 ¿Acaso no sabéis que Yahveh, el Dios de Israel, dio el reino de
Israel para siempre a David, a él y a sus hijos, con pacto de sal?
6 Pero Jeroboam, hijo de Nebat, siervo de Salomón, hijo de David, se
alzó en rebeldía contra su señor.
7 Se juntaron con él unos hombres fatuos y malvados y prevalecieron
sobre Roboam, hijo de Salomón, pues Roboam era joven y débil de corazón
y no podía resistirles.
8 ¿Y ahora tratáis vosotros de poner resistencia al reino de Yahveh,
que está en manos de los hijos de David, porque vosotros sois una
gran
muchedumbre? Pero tenéis los becerros de oro que Jeroboam os puso por
dioses.
9 ¿No habéis expulsado a los sacerdotes de Yahveh, los hijos de
Aarón y los levitas? ¿No os habéis hecho sacerdotes a la manera de
los
pueblos de los demás países? Cualquiera que viene con un novillo y siete
carneros y pide ser consagrado, es hecho sacerdote de los que no son dioses.
10 Cuanto a nosotros, Yahveh es nuestro Dios y no le hemos
abandonado; los sacerdotes que sirven a Yahveh son los hijos de
Aarón,
igual que los levitas en su ministerio.
11 Cada mañana y cada tarde quemamos holocaustos a Yahveh, y
tenemos el incienso aromático; las filas de pan están sobre la mesa pura, y
el candelabro de oro con sus lámparas para ser encendidas cada tarde, pues
nosotros guardamos el ritual de Yahveh nuestro Dios, en tanto que vosotros
le habéis abandonado.
12 He aquí que con nosotros, a nuestra cabeza, está Dios con sus
sacerdotes y las trompetas del clamor, para lanzar el grito de guerra contra
vosotros. Israelitas, no hagáis la guerra contra Yahveh, el Dios de vuestros
padres, porque nada conseguiréis.»
13 Entre tanto, Jeroboam hizo dar un rodeo para poner una emboscada
y atacarles por detrás, de manera que él estaba frente a Judá y la emboscada
a espaldas de éstos.
14 Al volver Judá la cabeza, vio que se presentaba combate de frente y
por detrás.
15 Entonces clamaron a Yahveh y, mientras los sacerdotes tocaban las
trompetas, los hombres de Judá lanzaron el grito de guerra; y al
alzar el
grito de guerra los hombres de Judá, desbarató Dios a Jeroboam y a todo
Israel delante de Abías y de Judá.
16 Huyeron los israelitas delante de Judá, y Dios los entregó en sus
manos.
17 Abías y su tropa les causaron una gran derrota; cayeron 500.000
hombres escogidos de Israel.
18 Quedaron entonces humillados los israelitas y prevalecieron los
hijos de Judá por haberse apoyado en Yahveh, el Dios de sus padres.
19 Abías persiguió a Jeroboam y le tomó las ciudades de Betel con sus
aldeas, Yesaná con sus aldeas y Efrón con sus aldeas.
20 Jeroboam ya no tuvo fuerza en los días de Abías, pues Yahveh le
hirió y murió.
21 Pero Abías se fortaleció; tomó catorce mujeres y engendró
veintidós hijos y dieciséis hijas.
22 El resto de los hechos de Abías, sus hechos y sus acciones, están
escritos en el midrás del profeta Iddó.
23 Se acostó Abías con sus padres y le sepultaron en la ciudad de
David. Reinó en su lugar su hijo Asá. En su tiempo el país estuvo en paz
durante diez años.